Para qué explicar lo obvio... Unas palabrejas sobre lo cotidiano, desde la galaxia de los treinta, sin acritud (o no).
viernes, julio 07, 2006
¿Emplead@ guap@, parad@ fe@?
Ahora que ya somos más en esta nuestra zafiocomunidad, por fin puedo sacar a al luz uno de los temas que apasionan: ¿Por qué nadie reconoce que cuando un tio/a está bueno/a le es más fácil encontrar no solo un/a buen/a partenaire sentimental, sino un buen empleo? Esto está más que estudiado, incluso el efecto barrera que puede crear entre seleccionador y seleccionado del mismo sexo: En un momento dado he visto -que no vivido, ojo, que yo si se hiciese ley del "que se mueran los feos" aún no tengo claro si sobreviviría- un proceso de selección de un key account (y espero que las que participaron en el mismo como electoras no se enfaden demasiado conmigo) en el que una chica 10, era descartada, a pesar de su adecuado perfil, precisamente por estar demasiado buena. Bien es posible que no podamos fiarnos de nada, puesto que una cuarta parte puede ser mentira, como apunta en su blog David Monreal. Se puede mentir de muchas formas, que Forbes ordena, aunque el objetivo acabe siendo destacar en un proceso de selección. Probablemente nos fiamos de lo que el ojo vé porque es más complicado de disimular. O sea, salvo que seas un creativo publicitario y/o un tarado tampoco hace falta exagerar en tus skills: Al fin y al cabo siempre corremos el riesgo que si te emplean ni tan solo te valoren por tu rendimiento. ¿Será que es mejor invertir en estética en sus múltiples versiones (cirugía, tendencias, fashionvictimismo...) que en un máster? Despedazadme, fierce creatures, o no...
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1 comentario:
Pos no me hace falta el Forbes ni ningun estudio sesudo para saber que las miserias humanas funcionan cual mecanismo relojero. Seguro que inconscientemente se busca un físico agradable pero que no represente ninguna amenaza a nivel de competencia (un@ fe@, fe@ tampoco mola). De todas maneras las entrevistas son de los fenómenos más hirientes en cuanto a demostración de ineptitud tanto humana como profesional. (Lo dice uno que se durmió en una entrevista( unos instantes), el entrevistador no se enteró y conseguí el trabajo).
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