sábado, marzo 19, 2005

Fiesta en Sevilla... ¡¡como ha cambiado el cuento!!

Me han mandado una "convocatoria" por email, con un link a un post, para una rave universitaria en Sevilla (que me pilla como un poco lejos). Es muy fuerte constatar que en mis tiempos universitarios (como mínimo ten years ago) no habia ni gónadas para liar un encuentro sin informar a la autoridad (yo le pedí permiso a la policia municipal de Oviedo para celebrar mi cumpleaños en el Parque de Invierno con 50 amigos el agosto del 1995), ni medios de convocatoria (los flyers eran demasiado caros incluso para las discos, que ciclostilaban o fotocopiaban la propaganda -asi se llamaba-) que fuesen tan masivos como los SMS o los email. En realidad, es probable que la primera frase fuese ininteligible hace 10 años para el 95% de la población.
El marketing popular ha llegado con las nuevas tecnologías, y aunque el objetivo es el mismo -pillar un buen ciego, y pegarse el lote con algun/a/s bella/o/s des/conocid/a/o/s (qué difícil es ser políticamente correcto)- hay que reconocer que las nuevas generaciones lo tienen mejor montado. Es más, ¿cómo quedábamos? ¿como se ponía de acuerdo la gente para quedar y salir los fines de semana a los mismos sitios para verse y mirarse de lejos, intentando ponerse cerca en la pista de la disco de sábado tarde para por casualidad tener contacto visual con el/la pretendido/a candidato a rollete? Y sin embargo, nos movíamos...

lunes, marzo 14, 2005

¿Quienes somos? ¿De donde venimos, adonde vamos y quien va a pagar el estropicio?

Mis domingos suelen pasar, a diferencia de la de otros coetáneos (que supongo más preocupados por descubrir su retrato de Dorian Gray en afters u otras actividades de indudable riesgo físico) con la actividad de leer concentradamente el periódico y sus más que amenos suplementos de cabo a rabo. Esto me ha permitido compartir el criterio editorial que premia en el Magazine de La Vanguardia una carta, cuyo contenido me ha llevado a la reflexión. Desde Barcelona Raúl Alonso Truan comentaba que al nacer era un baby boomer (y por tanto no había suficientes plazas educativas en edad infantil), como adolescente pertenecía a la generación X (sin ideales, conformista...), recién titulado fué un JASP (joven aunque sobradamente preparado, era peligroso para el establishment laboral si le hubieran o hubiesen empleado). Ya en la treintena, formado, políglota, experimentado, pero situado en su empresa en un nivel adquisitivo bajo: un Guapo Pobre (de acuerdo con otra de las etiquetas en boga). Él pide que no le etiqueten más, y no me extraña: el único que sale ganando es el que hace inventario, el que nos pone las etiquetitas y puede ir por las televisiones y publicaciones vendiendo la afortunada idea y ganandose sus 15 minutos de fama.

La verdad es que con la cantidad de gente buena que conocemos todos, a poco caso que se les hiciese en su puesto de trabajo y se les dejase, su empresa saldría ganando. La potenciación del Entrepreneurship en el marco de las empresas es un mito, y todos sabemos que la mejor forma de ser valorados (económicamente) en una empresa es cuando te fichan. Una vez dentro, es complicado tener oportunidades, siempre es mejor ir a buscar el crack que ha estado trabajando en USA que potenciar a alguien de la casa. Por eso creo que los planes de carrera son una apuesta inteligente de empresas punteras: Es como comparar futbolísiticamente al Madrid galáctico con el Barça y la Masía, su cantera. Aunque los títulos los tienen los merengues, se supone que el futuro es de los segundos, merced a combinar fichajes acertados con promoción de gente buena formada desde abajo, a partir de un equilibrio sostenible económicamente para empresa y empleados. Eso sí, ganando todos más, porque lo que está claro que el robo de cerebros solo puede pasar si no se tiene contento y satisfecho económicamente al personal... Por cierto, ¿alguien tiene calculado el coste por título del Madrid de Flo?

Skyline Barcelona