miércoles, septiembre 01, 2004

PREFACIO

Aqui está la primera de las entregas de la emocionante serie "Trentaytontos"... El nombre no es casual. Hace tiempo que le doy vueltas a una idea: NO es cierto que a partir de cierta edad (y estabilidad neuronal) nos volvamos insensibles a temas tan poco "serios" como las marcas, la competitividad interpersonal mal entendida (hasta extremos infantiles), el peloteo, el consumismo salvaje, el sueño de pegar un pelotazo para retirarnos (llámalo hacerse famosito, que te toque la lotería, braguetazo o lo que sea menos currar) y otras finas hierbas. ¿No vamos a madurar nunca, como dicen nuestras madres? ¿Somos los de mi "época" treintañeros que seguimos jugando a ser quinceañeros? ¿Por qué buscamos y compramos un coche más caro, un portátil mejor o un móvil más pequeño que el del vecino? ¿Por qué son tan caros unos Lois si cuando éramos pequeños eran los tejanos que te compraban por su mejor relación calidad-(y sobre todo) precio, y encima nos los compramos? ¿Y las zapatillas Puma, que antes solo servian para jugar a voleybol y ahora son lo más de lo más? ¿Por qué las tiras y el libro de Dilbert son tan realistas si trabajas en una gran empresa? ¿Existe vida inteligente en televisión? Dispuesto a NO llegar a la parálisis por el análisis, empieza mi blogaventura.

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