viernes, febrero 11, 2005
Bush Jr, ¿estirpe de señor normando o de cerveza?
La noticia de que hay gente que se dedica a buscarle el ascendente genealógico a George Bush Jr. (aunque sea una reputada artista) ya es en sí misma un hallazgo. Más allá ya van los resultados, que ubican al citado caudillo global emparentado con un pájaro apodado Strongbow. Yo no es que sea un gran bebedor, pero el legendario nombre me evoca veladas de dardos y humo en tabernas celtas de los 90 (donde los tapetes eran de promociones de la sidra y cerveza de ilustre nombre). De cualquier forma, es un riesgo ir a buscar antepasados de 30 generaciones atrás, porque seguro que como mínimo nos aparece un recaudador de impuestos, o incluso algún político corrupto...
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4 comentarios:
¿Y qué habría de malo?
Nuestras raices no hay que perderlas de vista. Es lo que nos han llevado a lo que somos hoy.
Hola de nuevo Frederic. Se echa de menos un poco de actividad
No, si a mi me parece bien, aunque tenia entendido que si retrocedes más allá del siglo XV en Europa todos somos más o menos parientes. Lo que es cierto es que aquellos polvos trajeron estos lodos. Yo (que por cierto por parte materna tengo recaudadores de impuestos, soldados, toneleros, payeses, y una monja beatificada y por paterna marinos, malandrines y hasta un barbero del arzobispo de Tarragona) coincido en que quien pierde sus raíces pierde su identidad, pero hay que consumirlo todo con moderación, hasta la Historia, por aquello que todos los excesos son excesivos...
Por otra parte prometo no seguir elogiando mi autopereza y aplicarme un poco más...
(Eso espero)
Me alegra saber que corre sangre marina por tus venas.Por casualidad, ¿no serían atacados por piratas? ;-)
La verdad es que los contrabandistas, los pescadores, los piratas y los marinos mediterráneos son figuras cuyo rol se difumina conforme te acercas a ellos. Yo, como todo aquel que navega por las procelosas aguas de internet, mantengo el espíritu libre de los habitantes de Tortuga (gran web ¿tocada y hundida?), puesto que a menudo bebemos de contenidos ajenos como si propios fueran, tomándolos sin pudor, y nos escandalizamos cuando se nos acusa de fusilar amigos y enemigos para mejorar nuestro débil cascarón, ese oscuro objeto de nuestros anhelos. Dejemos la cubierta despejada, batiendo los obenques en cada pantocazo, y bajemos a buscar en el mapa un nuevo rumbo tras anotar esta bitácora...
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