Recientemente una de las doctoras que sobreviven a las guardias de coordinación se nos ha ido. ¿Motivo? La familia le pide trabajar menos, y una buena oferta se nos la llevó. La Dra Teresa Acera nos ha dejado -aparte de un problema que debería subsanar la empresa (y acabará resolviendo la gente, como siempre pasa en esta y en tantas casas de bata blanca)- un grato recuerdo personal y profesional, adornado con una bella nota de despedida, que quiero compartir: "No puedo despedime de vosotros porque vais a estar en cada uno de los caminos en los que vamos a seguir encontrándonos, luchando, codo con codo, con la falta de recursos, con la falta de tiempo, con la incomprensión de aquellos que demandan ayuda, con la falta de sueño, con el exceso de café, con los compromisos familiares insatisfechos y con la recompensa de una sonrisa o un apretón de manos o un guiño, con la satisfacción del deber cumplido y con el dolor de todos aquellos que sufren. Cuento con vosotros, como he estado contando desde que os conozco para que estéis a mi lado o cubriéndome la espalda o precediéndome, pero en contacto, porque formamos parte de un equipo que es inmenso, insomne, omnipresente, luchador, competitivo, crítico, constructivo y familiar. Cuento con vosotros siempre. Un beso."
Siempre aciertas, Doctora. Se te va a echar de menos de verdad...
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